Cada 20 de Noviembre, tenemos la obligación de pensar en la infancia. Reflexionar con nuestros escolares los derechos de los niños, y descubrir la suerte que tienen es una tarea fácil. Para ellos y para nosotros sus maestros, acabaría siendo una celebración sino fuera porque nos paramos juntos a pensar en otros niños y niñas que no disfrutan de nuestra cotidiana seguridad y tranquilidad. En la escuela, queremos , sin dañarles en su esperanza, que sean conscientes de lo difícil que es ser niño en países y lugares desfavorecidos. Saber de lo complicado que es acceder a las vacunas de las que ellos se quejan, que agradezcan la escuela que tienen, el amor de las familias que les protege, la ley que les ampara ... Pero el testimonio mayor, para ayudarles a crecer en solidaridad con la infancia, deben "mamarlo" en la familia , siendo esta, espejo de lo que reciben en la escuela, enseñándoles desde pequeños a...