El alma de un colegio, está en todos y cada uno de los componentes que lo forman. Un sistema de engranajes que deben funcionar adecuadamente. Y dichos engranajes, lo forman todos aquellos que de una manera u otra aportan una pizca de magia, kilos de amor y pasión por lo que hacen, sabiduría, sonrisas, buen talante y corazón.
Y aunque hablando de un colegio, las primeras personas que pueden venir a la cabeza son los maestros y maestras, o los alumnos en general... son muchas otras personas las que forman parte de esta maquinaria mágica. Y en esta ocasión, quisiéramos destacar al Conserje...
El diccionario, define conserje como "Persona que por oficio tiene a su cargo las llaves de un edificio o establecimiento público, cuida de su mantenimiento, vigilancia y limpieza y realiza otros trabajos no especializados." Pero si hablamos del conserje de nuestro cole, esta definición se quedaría casi insignificante... porque nosotros no hemos tenido un conserje, hemos tenido a Antonio 2, que es y será siempre mucho más.
Antonio es una de las personas que se vuelve casi indispensable en el día a día. Siempre dispuesto a ayudar, a escuchar, a ofrecer sabios consejos, a no dudar en dar un abrazo en las horas bajas, a hacerse querer en tiempo récord y a formar parte del corazón de todos y cada uno de los que componen nuestra Comunidad Educativa.
Pero a veces la vida, o más bien el trabajo, decide por nosotros y Antonio se marcha a emprender una nueva aventura, donde estamos seguros, que se volverá a hacer querer y donde lo dará todo, porque es su propia naturaleza.
Cuando volvamos el 9 de enero al colegio, nada será igual... No habrá más llamadas por el pasillo "¡Antonio 2", ni "Antonio hazme fotocopias", ni lo veremos por la ventana barriendo las hojas del patio, ni se presentará en clase para echarte una mano o preguntarte si necesitas algo...
El cole no volverá a ser el mismo. Antonio, has dejado un gran vacío... Y no solo a nosotros como compañeros, si no a los niños. El amor más limpio y puro es el de los niños, y solo ha habido que ver durante todo este tiempo, como todos te han querido, te han abrazado, te han contado sus cosas, te han llamado para que les ayudases, a veces, incluso antes que a los propios profes y por supuesto y no podía ser de otra manera, ayer lloraron en tu despedida.
Que valga este insignificante escrito como una mínima parte del mérito que te has ganado y te mereces. Porque hay personas llenas de magia que se cruzan en nuestro camino y de las que solo podemos estar agradecidas de por vida.
Ojalá y el destino, nos permita volver a coincidir.
El cole siempre será tu casa, y tanto grandes como pequeños, siempre te recibiremos con los brazos abiertos.
GRACIAS por todo y por tanto.
Hasta pronto Antonio...
*Pinchar en la imagen para acceder a las fotos.
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